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Un equipo por construir y sin portero

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Croacia se lo está haciendo pasar mal a España / | sport

España todavía no es un buen equipo. No es ni aún un equipo. El gran inicio de Luis Enrique al frente del proyecto acabó siendo un espejismo porque a las tres victorias iniciales (12 goles a favor y 2 en contra) le han continuado dos derrotas consecutivas (6 goles en contra y 4 goles) que le han dejado con un pie y medio fuera de la Final Four (debe confirmarse este fin de semana en Wembley). Después del palo del Mundial, con Luis Enrique al frente, todo parecía reconstruido en un plis plas porque las primeras impresiones fueron excelsas, con muchos jugadores nuevos que parecían aportar ese aire fresco que tanto necesitaba un equipo que aún vivía de los éxitos del pasado. A Luis Enrique no le tembló el pulso, pero las buenas impresiones iniciales no se han visto confirmadas. El bloque no se ha asentado y tanto vaivén de jugadores parece incluso que haya sido perjudicial porque nadie se ve imprescindible. 

Así pues, hay muchos jugadores que entran y salen, pero pocos jefes que manden. Solo Ramos ha  mantenido los galones mientras los otros no suman en este liderazgo. Juegan Ceballos e Isco que no son titulares en el Madrid o Asensio, que ha visto como su posición quedaba en discusión. Luis Enrique ocupa este liderazgo en la banda y en la sala de prensa pero allí no se juega a fútbol y los que saltan al campo carecen de la continuidad necesaria. España no es un bloque homogéneo y mantiene la misma laguna en la portería que en el Mundial. ¿Cuántos errores más debe cometer De Gea para perder su titularidad? Ayer cometió dos más que volvieron a costar una derrota. Y  hay que recordar que este portero, en el Mundial, solo atajó una pelota. La revolución en el campo no ha visto como también ocurría debajo los palos, que es donde se empiezan a construir los equipos. España no ha dado este paso y es el primer escalón de los errores que se van cometiendo. El juego también es impreciso porque no se sabe si se juega a tener la pelota o al contragolpe, algo en lo que Luis Enrique siempre ha sido bastante impreciso. España acaba pagando falta de jerarquía de sus jugadores y una idea clara de juego.