Llora, que algo queda. Quéjate, que alguien te oirá. Patalea, que a lo mejor rompes algo más que el parket. Emite comunicados, que provocarás iras, apoyos, portadas, editoriales y reportajes televisivos que te removerán el estómago o sanarán tus heridas. Dos hat tricks en cuatros días -sin penaltys de por medio- logrados por el mejor jugador del mundo han conseguido poner nervioso al madridismo. En tiempos blancos y radiantes, de ángeles custiodios del Balón de Oro para el portugués de plata, los demonios han llamado a la puerta. El número 1 dio un aviso y al número 2 y a su cúpula les bajaron a la tierra de un plumazo. Batió Leo las alas y empezó el tsunami merengue. ¿Dónde hay que apuntar? ¿A Platini? Pues vamos allá. ¿A Messi? Pues nos sacamos de la manga estadísticas de lo más creativas en la televisión del club. ¿A la FIFA? ¿A ese Blatter que, tras protagonizar uno de los episodios más sonrojantes de la historia del fútbol imitando con sorna a Cristiano, alargó el año pasado el periodo de votaciones para que el astro portugués lograra su galardón? Pues también. Se escandalizan de las campañas pro Messi y a la primera de cambio se ponen el traje de ángel de la guarda y oficializan la rabieta con un comunicado. Demonios familiares. Y de los otros, también.
Ángeles y demonios
OPINIÓN
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