Nadie sabe aún qué ha sucedido exactamente con el avión que desplazaba el futbolista Emiliano Sala de Nantes a Cardiff. En el momento de entregar estas líneas ya han pasado casi 48 horas sin que se tenga noticia del aparato ni del futbolista, desaparecidos sobre el Canal de la Mancha. El suceso, como concepto informativo siempre es atractivo y por eso los medios tienden volcarse sobre este tipo de noticias.
Lamentablemente así ha sucedido con la desaparición de Emiliano Sala que, quizás, nunca antes había atraído la atención de la mayoría de las televisiones españolas. Han contado la historia en las secciones de deportes, pero con el tratamiento típico de una tragedia mostrando, incluso, a su padre llorando. En el caso de “Deportes Cuatro” y “Jugones” optaron por abrir sus ediciones del miércoles con Sala, dejando en un segundo plano la auténtica información deportiva. Y con un agravante: la difusión de una nota de voz que mandó a un grupo de amigos.
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Cierto es que la filtración proviene de Argentina, pero ¿tiene algún interés informativo a parte del morbo? ¿Todo vale en nombre del espectáculo? ¿Aporta algún dato oír a alguien que seguramente ha sufrido un accidente decir en broma “estoy en el avión y parece que se va a caer a pedazos”? ¿Y con qué permiso se difunde este audio? Con el de Salas seguro que no. Estaría bien reflexionar y hacer una buena dosis de autocrítica colectiva.