El Barça perdió la final de la Liga de Campeones ante el Olympique de Lyon por 4 goles a 1. De hecho, a la media hora de partido, todo estaba sentenciado. Los tres goles de Hegerberg y el de Marozsan habían dejado claras las realidades del fútbol femenino actual. Nada de lo que sucedió en Budapest fue casualidad. El club francés triplica el presupuesto azulgrana y exhibe muy a las claras sus intenciones. Hace 9 años jugó su primera final y la perdió. Después ganó dos consecutivas hasta volver a caer ante el dominio del potente Wolfsburg alemán. Se volvió a levantar para marcar una época ganando las últimas cuatro Champions. Una década de trabajo muy riguroso creciendo al ritmo de la competición doméstica y, también, del fútbol europeo.
En España, hace diez años, toda esta historia sonaba a ciencia ficción. Por eso hay que valorar la decidida apuesta del Barcelona por el fútbol femenino. Pero, a su vez, es importante que sus dirigentes calibren cual es la realidad del equipo. Hinchar demasiado el globo suele ser un mal negocio así que el crecimiento debe gestionarse con determinación pero, sobre todo, con talento.
Desde que la sección es profesional, hace ya cuatro años, el club no ha ganado ni una Liga (una para el Athletic y tres, para el At. Madrid). ¿Por qué? ¿Si en este periodo se ha gastado más dinero que nadie? Porque en el fútbol los círculos, a veces, se transforman en cuadrados. Está bien seguir invirtiendo en más fichajes (Hermoso, Graham Hansen…) pero no todo se gana con dinero.
El Barça está creciendo y debe definir su proyecto para alcanzar la cima y quedarse. Que el Barça llegara a la final de Budapest se debe a la suerte del sorteo, que unió al Olympique, PSG, Wolfsburg y Chelsea (cuatro superequipos) en un lado del cuadro, y al Barça y tres buenos equipos (solamente, buenos), por el otro. Eso sí, las chicas de Lluís Cortés tuvieron el acierto de aprovechar la oportunidad.
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Perdieron. Jugaron de tú a tú sin calibrar que el Barça, hoy, no puede jugarle de tú a tú al OL. Para que se hagan una idea, las catorce jugadoras que actuaron contra el Barcelona acumulan 592 partidos de Liga de Campeones, por 282 de las 14 azulgrana. O sea, 310 partidos más. ¿Se imaginan ustedes la experiencia que se acumula en 310 partidos de Champions? Y un dato más: ¿sabían que entre la lista de las 13 aspirantes al último Balón de Oro femenino había siete jugadoras del Olympique de Lyon? Además, Ada Hegerberg fue la ganadora y Dzsenifer Marozsan, la tercera clasificada. Del Barça solo había una candidata, la holandesa Lieke Martens, que acabó en la undécima posición. Calma y tranquilidad. La vida sigue. Eso sí, con una final en el bolsillo. Que es mucho.