CRITICAR ES muy fácil. Y más si tiene como objetivo desprestigiar, hundir al mejor jugador del mundo. De Leo Messi se ha dicho de todo, no han dudado en asegurar que fue él quien ‘despidió’ del Barcelona a Eto’o, a Ibrahimovic, a Villa, a Bojan..., a todos aquellos que pudieran hacerle sombra con sus goles. Se llegó incluso a decir que si era individualista, que solo pensaba en sus premios personales, que nunca daba el balón a un compañero e incluso que les abroncaba si no le pasaban la pelota. Todo para romper con su imagen.
Pero lo que son las cosas. El tiempo le ha dado la razón, ha echado por tierra todas esas falsas teorías. Nuestro compañero Jordi Gil explica en las primeras páginas que ha sido Leo quien ha ayudado a Luis Suárez a integrarse a la disciplina barcelonista. Le aconseja, toma el mate con él, le apoya en este proceso mientras dura la sanción de la FIFA. Además, Leo se ha convertido en el mejor asistente de sus compañeros. Ante el Athletic dos acciones suyas -la segunda una auténtica virguería- permitieron marcar sendos goles a Neymar, en teoría según los entendidos otro enemigo acérrimo del crack argentino. Ante el APOEL otra asistencia suya permitió a Gerard Piqué marcar el único gol del primer partido de la Liga de Campeones. Messi está ofreciendo la versión más solidaria, por mucho que le critiquen.