No es cuestión de discutir el fichaje de Dembélé, es cuestión de reconocer que por su juventud e inexperiencia el aterrizaje en Barcelona le ha venido grande. Tiene condiciones deportivas para triunfar, pero a los 20 años hay que darle confianza y partidos. La presión del traspaso supermillonario y dos lesiones musculares consecutivas le crearon un trauma que ayer comenzó a superar. El sustituto de Neymar tiene talento para progresar adecuadamente y convertirse en un discípulo aventajado de Leo.
La vida privada de Dembélé tampoco es fácil. Tiene una familia desestructurada, los padres están separados, no da a la alimentación la importancia que tiene, le cuesta hacer amigos y el idioma no facilita su adaptación. Sería bueno que el club lo tratara con el cariño y afecto que necesita y que los compañeros, técnicos y afición tuvieran paciencia con el francés. Ayer comenzó dubitativo y con poco acierto. Pero a medida que pasaron los minutos fue a más para terminar dando una gran asistencia de gol a Suárez. Respondió a la confianza del entrenador y cumplió su papel en la banda.
Dembélé fue una apuesta valiente de Robert Fernández que ya lo había querido fichar el verano anterior cuando jugaba en el Rennes y costaba la mitad de la mitad. Incluso su nombre prevaleció sobre el de Mbappé cuando el jugador del Mónaco descartó fichar por el Madrid y le hacía ilusión jugar al lado de Messi. El pasado martes en Londres sorprendió que el entrenador barcelonista lo dejara inédito en el banquillo prefiriendo a Aleix Vidal. Todo esto ha creado la sensación de una adaptación complicada hasta que ayer recuperó su juego y estilo. Le falta todavía valentía, verticalidad y mayor acierto de cara a gol. Pero todo llegará. Es muy joven y al lado de Messi puede aprender mucho.
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Dada la importancia vital que tiene Messi en el juego del equipo, tanto en la dirección como en la ejecución, con sus goles y sus asistencias, esta claro que Dembélé necesita que el crack argentino lo considere uno de los suyos, tal como sucedió con Neymar y pasa ahora con Suárez. Si Leo lo tutela, le da juego y se entienden en el campo, el encaje de Dembélé será mas fácil y rápido. Su estilo de juego se tiene que adaptar al sistema del Barça y, lo que es más importante, tiene que saber que el equipo juega para Messi y que Messi reparte juego para todos. El argentino lo valora y lo aprecia, es consciente de su timidez, pero lo bendice porque sabe que puede ser muy importante para el equipo.