Don Quique Setién concedió ayer las primeras entrevistas individuales de un entrenador del Barça en más de una década. No leíamos una entrevista a un técnico blaugrana en las páginas de SPORT desde la época de Frank Rijkaard. Pep Guardiola cerró el grifo legítimamente y estableció un estándar que hasta la fecha habían seguido todos los entrenadores sin excepción.
Setién rompió ayer con esta vieja tradición, algo que ya convierte la entrevista en una noticia en sí misma. En la entrevista vimos a un Setién tranquilo, ilusionado y con las ideas claras, pero muy consciente del principal peligro que tiene este club tan complejo: “En el Barça no hay tiempo”.
El entrenador cántabro es muy consciente de que deberá implementar sus ideas en un tiempo récord, el factor determinante que condicionará su mandato para bien o para mal. La buena noticia es que al entrenador del Barça se le ve seguro de sus ideas: “No dudo, tengo las cosas claras”, nos dice en la entrevista.
Convencer a sus futbolistas
El segundo obstáculo que deberá vencer Setién es quizás el más importante: deberá convencer a sus futbolistas de sus ideas. “Estamos en un proceso de conocimiento de los jugadores conmigo y viceversa”, nos dice en la charla.
Y dice abiertamente que “hacían las cosas de otra manera y ahora les pedimos un cambio”. Al final Setién admite que cree que, efectivamente, el Barça se había alejado de su idea original. Para esta vuelta a los orígenes Setién necesita sobre todo a sus jugadores, con los que tiene un reto formidable: debe sumarlos a su proyecto a la vez que aumenta la exigencia.
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El entrenador del Barça advierte que “si veo que el rendimiento de un jugador desciende, jugará otro porque al final al que van echar es a mí”, una frase que no parece dicha porque sí. Esta es la cuadratura del círculo de Setién: apretar y motivar a la vez. Como suele decirse, nadie dijo que sería fácil.