Soto Grado, un Clattenburg casero, maltrató al Atleti. Y Gil Marín explotó. Es la primera vez que su afición está a favor de algo que dice.
Gil habló de la presión mediática blanca y del sistema. Habló del entorno del Madrid, no del Madrid. A Gil sólo le respondió el entorno. Igual tenía razón. Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto mira al dedo.