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Ceremonias de clausura

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Hace 25 años y tal día como ayer, pusimos punto y final a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Cuántos recuerdos, anécdotas y emociones por parte de quien esto firma, que tuvo el privilegio de trabajar en aquella organización y vivir el día a día olímpico desde dentro. Todos sabíamos que el 9 de agosto de 1992 colgaríamos el cartel de ‘The end’ y que, como dicen en los culebrones sudamericanos, aquello “ya no tendría regreso”. Ceremonia de clausura y el adiós, una despedida para la que estábamos preparados y que nos servía de palanca para el futuro. 

Me disculparán el momento ‘vintage’ pero aprender a pasar página y seguir construyendo sin ser destructivo es un arte en el que el fútbol aún vive en el tercer plan de desarrollo. Sobre el ‘affaire Neymar’, la encuesta de ‘El Chiringuito de Jugones’ el día del Gamper dio como resultado que el barcelonismo ha encajado bastante bien la marcha de un jugador cuya ambición económica era superior al compromiso pero no ha perdonado las formas del brasileño y su entorno. Porque saber decir adiós es todo un arte, máxime cuando llevas tiempo dándole vueltas a esa despedida a la par que convives con el club que te paga –y te renueva– aún cuando le generes un mar de dudas. 

 

Los juegos de Neymar han durado casi lo mismo que los olímpicos. Su ceremonia de clausura, eso sí, no ha sido tan brillante como la de hace 25 años. Pero se acabó. Fin. Tres letras para acabar con otras tres, las de la MSN, e iniciar un nuevo proyecto. De ese podio del tridente nos queda la medalla de oro y la de bronce. Al loro que no estamos tan mal, que diría aquel. Mientras la caverna llenaba portadas con el brasileño, convertía en un monje a Cristiano encerrándole a él y a sus problemas con Hacienda en un blanco monasterio. Clausura casi total para todo lo que tenga que ver con el portugués y sus ganas de irse de España reconocidas ante una jueza. Sin ofertas por CR7 y encantados con la de Neymar, han pasado de puntillas por la realidad del luso. Así, mientras el gas paga 222 millones por el brasileño, lo de Cristiano se queda en humo.