Demasiado castigo para un buen Barça

Xavi no quería que el Bayern-Barça dictara sentencia. El proyecto que está construyendo necesita recorrido para valorarse. Y un partido, por muy importante que sea, no sirve para sacar conclusiones definitivas. De todas formas, el entrenador era consciente de que el encuentro podía condicionar las sensaciones de los socios y los aficionados.

El esperanzador inicio de temporada había despertado la euforia entre los culés, necesitados de reilusionarse después de demasiados años de decepciones y fracasos. Y el Allianz Arena era el mejor escenario para confirmar las excelentes expectativas. Se trataba de cambiar la historia (los blaugranas nunca habían ganado en Múnich) y enviar a Europa el mensaje de que el Barça ha vuelto. Había, pues, que salir a por la victoria y, sobre todo, saltar al campo con la ambición de borrar la triste imagen ofrecida en las últimas ediciones de la Champions.

El reto, por supuesto, no era fácil: el Bayern había marcado 14 goles al Barça en sus tres últimos enfrentamientos. Pero ahora, el crack había cambiado de bando. Con Lewandowski todo era posible... Con Lewandowski y un planteamiento valiente para asaltar el feudo germano.

Xavi apostó por su once de gala con solo dos cambios en defensa: Marcos Alonso por Balde y Christensen por Eric Garcia. El objetivo estaba claro: dar más seguridad a la retaguardia a través de la experiencia ante un rival tan poderoso. Y el técnico blaugrana acertó con su decisión porque ambos actuaron como sendos gigantes ante las avalanchas germanas en una primera parte que fue claramente para el Barça.

Cada ataque del Bayern era respondido con un latigazo de los culés, que tuvieron hasta cuatro claras oportunidades para marcar (esta vez Lewandowski no fue decisivo), pero no lo hicieron. Dejaron vivos a los alemanes y ese fue su gran pecado. Porque en la segunda mitad, el Bayern salió en tromba y en solo cuatro minutos endosó dos mazazos que noquearon al Barça. Doloroso e injusto. Porque el resultado no refleja lo que sucedió en el campo. Pero así es el fútbol de altísimo nivel. Así es la Champions.

El Barça cayó otra vez en el Allianz Arena, pero esta vez lo hizo con dignidad. Siendo superior en muchos momentos y demostrando que está creciendo. Como pedía Xavi, no sacaremos conclusiones precipitadas. Esto solo acaba de empezar. No se cambió la historia, pero se ofreció una imagen más que digna para un equipo en construcción.