Dos fichajes están sobre la mesa de los dos clubs más importantes del fútbol español. Griezmann por el Barça y Hazard por el Madrid. El primero tiene precio vía cláusula, 120 millones, y polémica por el desenlace frustrado de la temporada pasada que dejó heridas en el club azulgrana, más en la afición que entre los directivos y técnicos, por lo que se ve. El segundo parece estar ya muy cerca del Bernabéu, una vez resignado el Chelsea a que si no acepta el traspaso este verano, en el 2020 se iría sin dejar un euro en caja. Polémica, por un lado, y resignación, por el otro. Por Griezmann, el Barça pagaría veinte millones más de lo que le habría costado el año pasado y no parece que esta temporada el jugador se haya precisamente revalorizado. Un riesgo para Bartomeu. En el caso Griezmann, además, hay el problema añadido de Coutinho, que ya sobraría definitivamente en el Camp Nou.
Trueque o truco
Y, miren por donde, en este punto los tres nombres, Griezmann, Hazard y Coutinho, se unen en una especie de doble carambola, ya que la solución podría llegar de la mano de Hazard. La primera puede parecer rocambolesca, pero sería genial por lo que de bofetada al Madrid significaría: un trueque puro y duro. Hazard, al Barça y Coutinho, al Chelsea, que por otra parte ya ha mostrado su interés en el brasileño. Con el belga, que también tiene gol y un perfil más Barça que Griezmann, el delantero del Atlético ya no haría falta en el Camp Nou. El problema radica en que los técnicos barcelonistas bendigan la operación y en convencer a Hazard de que le conviene más jugar junto a Messi que una incierta aventura en un Madrid por reconstruir.
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Sería bonito, ¿eh? La segunda carambola tampoco estaría mal y consistiría en que Abramovich fichara a Coutinho con los millones del traspaso de Hazard al Madrid. Que Florentino pagase la fiesta al Barça, vamos, el traspaso de Coutinho y, si se diese, el fichaje de Griezmann. Ahora bien, puestos a elegir, ¿a qué tiene más morbo el trueque?