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La camiseta titular del Barça sube de precio

OPINIÓN

El cambio tenía que ser grande, significativo, sonoro, regenerador, que se notase, que lo notasen, que provocase ruido e, incluso, más de un “se han vuelto locos”.

No solo lo ocurrido, también cómo había sucedido, obligaba a los que mandasen, mucho o poco, a tomar decisiones y, sobre todo, a decidir todo aquello que no se habían atrevido a dilucidar en los últimos años.

Esa movida debía de afectar, debían de notarla, de acusarla, de sufrirla todo el mundo, empezando por un Messi que parecía acomodado, relajado, ensimismado y, cómo no, endiosado. La no renovación de su fiel escudero Pinto y el traspaso de su amiguito Cesc (patético, con perdón, el papel de su señora) fue un inicio espectacular. Y valiente.

Es evidente, cristalino, transparente, translúcido, que cualquier gesto, cualquier movimiento, cualquier decisión debía de consensuarse con Luis Enrique (de ahí que no fichasen a Kroos), que fue quien se atrevió a coger el toro por los cuernos. Y, en ese sentido, me van a permitir que recuerde que una cosa es decir lo que dijo al llegar el buenazo del ‘Tata’ Martino (“entrenaré a esta plantilla desde la admiración”)  y otra la sentencia que acaba de pronunciar ‘Lucho’: “El líder soy yo”.

Porque una cosa es venir de lejos y otra surgir de dentro. Porque una cosa es conocer a estos ‘pájaros’ (y que cada uno interprete el piropo cómo quiera) y otra ponerse a su servicio y permitirles que decidan ellos el ritmo de los entrenamientos, las alineaciones y los partidos que les viene bien jugar. Lo digo porque ya hay por ahí colgados algunos minutos de los entrenamientos que el Barça está haciendo en Inglaterra y, la verdad, no tienen nada que ver con los de la pasada temporada. 

No tengo la impresión de que alguien que se denomina líder vaya a permitir que se repita la cantinela denunciada, hace algunas semanas, por Martino: “Ganan ellos, pierdo yo”. Con Luis Enrique van a ganar todos… y van a perder todos. Porque más de uno, y grande, y ‘dios’, y titular, ya ha empezado a perder antes de que se juegue el primer partido oficial. 

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Había que subir el precio de la camiseta titular. Que vuelve a estar por las nubes. Como debe ser.