Estamos viviendo los últimos coletazos de una temporada, que en el mejor de los casos, va a cerrarse con un doblete compuesto de Liga y Copa. Pero mientras la 2016/2017 termina, la secretaría técnica ya trabaja en la próxima.
Una parte del dinero para fichar nuevos futbolistas llegará de las ventas que se puedan hacer, que se sumarán a los 75 millones presupuestados, y es por eso que el Barça tendrá que escuchar ofertas por futbolistas que quizás en otro momento hubieran tenido etiqueta de intransferibles. No quiere decir que se vayan a vender todos, ni que vaya a haber una revolución como la que hubo el año pasado, pero sí que el club estará receptivo a escuchar ofertas.
La plantilla seguro que se acabará de configurar cuando el nuevo entrenador tome las riendas del equipo, pero mientras, Robert dibuja la configuración del vestuario y en esa planificación hay hombres que por nada quiere que no estén a disposición de ese nuevo técnico. Este grupo de futbolistas intransferibles, en los que se incluye el tridente, a Ter Stegen o a hombres clave como Iniesta o Piqué, forma una base sobre la que construir una gran plantilla.
A esta base le tendrá que dar forma el nuevo entrenador y reforzarla junto con Robert Fernández, no para pensar otra vez en un fondo de armario sino para pasar la cifra de jugadores titulares de 11 a 14 o 15. Eso gracias a los fichajes que se puedan conseguir y al rol que el nuevo técnica quiera dar a algunos de los futbolistas que han contado poco este año.
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Solo así el equipo conseguirá afrontar una temporada con garantías y poder superar problemas habituales como lesiones, expulsiones o acumulaciones de tarjetas sin tener que alarmarse en exceso.