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Bojan, el mejor ‘9’ surgido de La Masia
La carrera de Bojan Krkic, en imágenes / Archivo SPORT
Lo más difícil de jugar a fútbol es jugar a fútbol. El resto de lo que se necesita para ser futbolista profesional se puede ir adquiriendo, pero el talento o se tiene o no se tiene. Si vamos al detalle, lo más difícil de jugar a fútbol es hacer goles. De ahí que quienes nacen con ese don, normalmente, se ganen la vida mejor que quienes ejercen la noble profesión de porteros, defensas o, incluso, centrocampistas. En definitiva: el ‘9’ nace, no se hace.
Bojan Krkic, el mejor delantero centro que ha dado el fútbol base blaugrana a lo largo de su historia (esta afirmación no admite debate) decía ayer, durante su despedida como profesional, que, cuando llegó al primer equipo del Barça, “estaba preparado para jugar a fútbol, pero no para todo lo que lo rodea”. Ese aprendizaje vino después y a base de hostias, algunas demasiado crueles para quien nunca tuvo maldad.
Bojan tenía todo lo necesario para convertirse en el primer gran goleador surgido del fútbol base: marcó 41 goles (48 sumando amistosos) desde los 17 hasta los 21 años, cuando se marchó cedido a la Roma. Lo decidió a las pocas semanas de la final de la Champions que Barça y Manchester United disputaron en Wembley.
El de Linyola ganó aquel día su segundo título continental, pero siempre le quedó la espina de no haber jugado ni un solo minuto en las finales de 2009 y 2011. Sobre todo tiene clavada la de Londres porque todo estaba escrito para que así fuera. Guardiola, un par de meses atrás, consoló a Bojan cuando, tras sufrir una lesión muscular, le prometió que, si se recuperaba a tiempo y el equipo alcanzaba la final europea, le daría unos minutos. Gerard Piqué y Carles Puyol fueron testigos de aquella promesa. Cuando, con 3-1, Pep se giró hacia el banquillo, parecía que el momento había llegado, pero el entonces técnico pidió a Tito Vilanova que fuera Ibrahim Afellay quien jugara los últimos minutos. Aquello fue una firme invitación para que hiciera las maletas.
Bojan optó por lo más difícil: alejarse del club que le había visto crecer y allí arrancó un periplo por diferentes clubs, países y continentes que se ha alargado durante doce años. Una carrera tan extraordinaria como inesperada para un futbolista cuyo sueño, cumplido, siempre fue triunfar en el Barça. No le dejaron. Tenía el fútbol, el talento y los goles, lo más difícil. Lo único que le faltaba debía llegar del club, pero nunca llegó y quienes lo gestionaban deportivamente no hicieron todo lo que estaba en sus manos para retener al mejor goleador que ha dado la cantera a lo largo de su historia. Bojan volvió ayer a casa para acabar el trabajo que un día empezó.
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