Satisfacción doble -perdón, triple- por una de esas semanas de lo más redondas. La primera gran alegría llegó con la victoria copera en el Bernabéu. La segunda, con el doblete liguero en idéntico feudo. Y la tercera, y no por ello menos importante, la de constatar que hay vida más allá del Messi divino.
Sin querer ser hereje, no puedo por menos que constatar que el Barça derrotó al Real Madrid con once futbolistas sobre el terreno de juego. Insisto con once, porque Leo dio paso a su versión terrenal. El argentino jugó y marcó diferencias en ataque, pero por una o dos veces, y sin que sirva de precedente, el mejor futbolista del mundo no desequilibró el Clásico por cuenta propia.
NOTICIAS RELACIONADAS
La Messidependencia ha generado todo tipo de controversias en los últimos años. Nadie discute que con Leo ‘on fire’ todo es más fácil, pero si de algo deben servir las últimas victorias frente al Real Madrid es para insistir en que con los Ter Stegen, Piqué, Rakitic o Lenglet, entre otros, también se puede ganar todo.