Opinión

El Barça como estado de ánimo

Hansi Flick durante el partido contra el Villarreal / Javi FERRÁNDIZ / Sport

 El deambular del actual Barça en la liga puede explicarse desde conceptos científicos, porque si dependiera de lo que vemos en las alineaciones y los jugadores que están en el banquillo deberíamos creer en aspectos paranormales. Una pandilla de imberbes jóvenes que ven caer a todos los veteranos lesionados, uno tras otro, que creen a ciencia cierta que pueden hacerlo. He buscado la respuesta en la psicología. Es por ello que, en las últimas cuarenta y ocho horas, tras la victoria en Villareal, he tratado de documentarme en aquello que pensaba que podía estar la clave: la autoconfianza. Allí es donde parece que radica todo, en esa convicción que el futbolista tiene, en que puede llevar a cabo la conducta requerida para conseguir su objetivo y conduciéndoles a la victoria. Todo suena muy teórico, pero no lo es. Podría bucear en las creencias en Toni Nadal, manifesto culé, que siempre ha definido la confianza como un aspecto fundamental para el éxito deportivo.

Dicen que el fútbol de Flick está basado en unas pocas premisas (fútbol rápido y directo, posiciones muy determinadas y una presión muy alta), pues bien, debe ser tan básico ese manual de uso que ha permitido a los jugadores saber y creer en lo que tienen que hacer y ver que, cuando lo hacen bien, los resultados son incrementales. La suerte también influye, no hay duda, pero en el ámbito individual la percepción que tenemos es que cada jugador tiene un pleno conocimiento para enfrentarse a una determinada tarea que el técnico le pide y que, en todo momento, sabe que puede hacerla bien. Si se piensa que puede conseguirse, se consigue. La autopercepción influye en la ejecución, esa es la teoría de la autoeficiencia del psicólogo conductal Albert Bandura que aplica a los objetivos, las tareas y los desafíos. Rapinha es actualmente su máximo ejemplo. El cambio es drástico, de ser un tipo que deambulaba locamente por el campo, que tomaba decisiones erráticas continuamente, a un claro líder del equipo. Me recuerdo a mí mismo pidiendo locamente que lo vendieran a Arabia Saudita. El brasileño dijo que Bielsa le dio la confianza para ser el jugador que es, Hansi, sin duda, se la ha devuelto.

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La confianza afecta al estado de ánimo del jugador para aprovechar todas sus ventajas físicas y mentales. Otro ejemplo es la forma física de la plantilla, jugadores que van como aviones en búsqueda de lo que Michel, el entrenador del Girona, denomina PTP (presión tras pérdida) para generar continuas ventajas. Todo ello nos conduce a tener un mayor control, teniendo criterios claros, casi dictatoriales, la presión se ejerce se pierda, es obvio, se empate, normal, o se gane por cuatro goles. Después están los pequeños detalles, que todos juegan a tu favor cuando las rachas son positivas. La filosofía también es ciencia y Schopenhauer hablaba de la “voluntad de vivir” como una fuerza, una energía que empuja al ser humano. Este equipo tiene “voluntad de ganar”. Va a por todas, cree en sí mismo, luchará hasta la extenuación.