La actualidad blaugrana se estaba centrando, una vez certificado que no habrá títulos, en el banquillo. Todo circulaba sobre una decisión que parecía sencilla, pero que se complicó y estuvo a punto de tener un final inesperado.Tras una jornada rocambolesca en la que el actual entrenador estuvo más fuera que dentro, Laporta encontró una solución de consenso que permite a Xavi continuar hasta el 2025. Con heridas, pero seguirá.
Es evidente que Xavi y el director deportivo debían sentar las bases del nuevo proyecto y consensuar altas y bajas para intentar mejorar un equipo que parece ya que no da para más. Se había llegado a finales de abril con opciones en los títulos grandes, pero los detalles confirman que se debe dar un paso adelante si verdaderamente se quiere competir en la liga de los grandes clubs europeos. Y todos coinciden en que sería deseable firmar poco, pero bien. Fichar a futbolistas diferenciales que dieran un plus en los momentos delicados de temporada y que arropen a una plantilla que posee calidad pero peca de juventud e inexperiencia. Y Xavi liderará este cambio siguiendo las directrices de Deco.
La teoría está clara, pero ponerla en práctica obligará a tomar decisiones drásticas y dolorosas por el bien del club. Y es aquí dónde a Deco no le debe temblar el pulso. La decisión más complicada de la dirección deportiva será marcar con una cruz el nombre de dos o tres jugadores considerados indiscutibles y ponerlos en el mercado. Costará más señalar a los elegidos que, luego, venderlos porque el Barça tiene a muchísimos futbolistas con cartel y se podría ingresar muchísimo dinero sin que el proyecto quede demasiado tocado. Si se afina, habrá recursos suficientes para fichar y esta vez no se puede fallar porque sería imperdonable y ruinoso para el futuro.
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Llega el momento de decidir si los Joaos convienen o es mejor dejarlos partir, si se aceptan propuestas por Araujo, De Jong, Raphinha y hasta Lewandowski. Y si se tiene preparada una lista de incorporaciones plenamente atadas a precios competitivos para que lideren el nuevo Barça. Se ha hecho trabajo, pero se debe rematar la faena a medida que vayan cayendo las salidas. No queda otra que evolucionar porque con estos jugadores se ha ganado poco o nada en los últimos años y los chicos que salen de La Masia necesitan ayuda.