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Cuando los árbitros deciden las Ligas

OPINIÓN

Gil Manzano se equivocó gravemente en el Villarreal - Real Madrid / | sport

Precisamente el lunes, ese lunes que venía caliente por el escándalo arbitral en el Villarreal-Madrid, una nota de prensa respecto a la Liga holandesa me hacía cabrear todavía más. Verán, resulta que el ojo de halcón hizo justicia al Feyenoord, líder de la competición, en un balón que traspasó la línea por milímetros. “El ojo de halcón puede hacer campeón al Feyenoord”, rezaba el titular. Comprenderán que lo primero que pensé fue en aquel balón que entró un metro en la portería del Betis en el partido que el Barça jugó en el Villamarín. Aquí, el titular sería: “La ausencia del ojo de halcón puede hacer campeón al Madrid”. Y eso, en plena indignación por la mano de Bruno Soriano que en el Villarreal-Madrid solo el árbitro interpretó como voluntaria, cuando mes y medio atrás otra mano de Bruno interceptó un remate de Messi en la misma área del mismo campo y, mala suerte, aquel día tocó que solo el árbitro la interpretara como involuntaria. 

EN LA PREHISTORIA. En fin, qué le vamos a hacer. Las cosas son como son y no cómo nos gustaría que fueran, más justas, más acordes con los tiempos que vivimos. El colectivo arbitral vive anclado en la prehistoria. Aquí seguimos como en los tiempos de Guruceta, a polémica semanal y con las teles y cierta prensa tirando líneas a su conveniencia. Miren, a los árbitros hay que ponérselo fácil, cuanto menos interpreten, mejor. Ojo de halcón para los fueras de juego y los goles fantasmas, ¡ya! Y para el resto, rigor y profesionalidad. Los árbitros deciden en un segundo y pueden equivocarse, pero el Comité, no. El Comité de Árbitros ha de sancionar al colegiado que se equivoque para que en la siguiente jornada todos vayan más espabilados. Y en vez de eso, lo que aquí hace Sánchez Arminio es denunciar los tweets de un jugador, en este caso Piqué, y validar explícitamente la interpretación de Gil Manzano, con lo que tenemos lío asegurado en las próximas dos mil manos que se produzcan en las áreas. ¡Ah!, y de los regalitos ni una palabra. Señores, que ya no estamos en los años sesenta, que ahora los árbitros son profesionales, que no podemos permitirnos que por un banderín y un bolígrafo de tres euros esté bajo sospecha una competición de miles y millones de euros. ¡Qué pena¡ en Holanda el ojo de halcón decide la Liga; en España la deciden los árbitros...