Confianza blanca. Es cierto que en el Madrid están intentando enturbiar las horas previas del clásico con todo tipo de provocaciones, la mayoría de ellas hacia Messi, conscientes de que el argentino les puede hacer mucho daño. Pero en el subconsciente blanco solo se encuentra el rosarino porque tienen la certeza de que ganarán con holgura el clásico. Carlo Ancelotti va sobrado y el Barça debería jugar con esa euforia para asestar un golpe que puede ser mortal. Porque irse de siete puntos a estas alturas de temporada es dejar sentenciado el campeonato, salvo accidente o dejadez, algo que Luis Enrique no dejará que ocurra.
El Madrid tiene argumentos para saberse favorito. El equipo va como un tiro, han mejorado muchísimo su centro del campo y arriba Cristiano Ronaldo está en estado de gracia. Incluso, Bale le ha hecho un favor a Ancelotti lesionándose porque así dará entrada a Isco en la zona media y ganará músculo y finalización. Dicho esto, su principal escollo será superar las genialidades de Messi y Neymar y olvidar el propio ego. Porque este Madrid acabará desquiciándose si el Barça se avanza en el marcador, algo que ya ha ocurrido en ocasiones anteriores.
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Los azulgrana le tienen comida la moral al Madrid en el Bernabéu. Y todo ese ‘sobradismo’ de los últimos días puede diluirse en minutos como el Barça tome el mando. Marcar primero puede ser definitivo.