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Hubo incluso risas provocadas por el rendimiento en los seis partidos de Yerry Mina en el Barcelona porque era evidente que no entendía el idioma Barça ni el papel encomendado por Valverde a sus centrales. Mina no tiene perfil Barça y si sigue en el club va a necesitar un largo proceso de adaptación para rendir a un buen nivel. Jugar en el Barça es completamente diferente a hacerlo en cualquier otro club donde la zaga está más protegida o a los defensas no se les pide tanta rapidez o anticipación. Dicho esto, hay un mundo entre su verdadero valor y las risas que se escuchaban a su llegada. Mina es un enorme defensa que, bien arropado, puede convertirse en uno de los mejores defensas del mundo. Pep Segura, su valedor, demostró el acierto de la inversión económica porque hoy este jugador ya vale tres veces más de lo que el club se gastó en su contratación. No fue una apuesta fácil porque tuvo que remar contra viento y marea. En el Mundial, Mina ha demostrado sus capacidades defensivas y sus grandes dotes ofensivas.