"Me gustaría felicitar a Rafa por un regreso impresionante", decía Roger Federer para abrir su parlamento en la ceremonia de entrega de trofeos del Open de Australia.
"Si soy sincero, habría sido feliz perdiendo también... mi retorno ya era perfecto. El tenis es un deporte duro, no hay empates... pero si existieran estaría encantado de aceptar un empate esta noche y compartir el trofeo con Rafa", añadió.
"Todo el mundo asegura que ellos trabajan muy duro, yo también lo hago", prosiguió el suizo, el campeón de más edad de un torneo de Grand Slam desde 1972 (Ken Rosewall, con 37 años, ganó la corona en Australia).
Pero no escondió que llegó al primer Grand Slam de la temporada con muchísimas dudas tras estar seis meses en el dique seco por culpa de una lesión de rodilla. "No estaba seguro de que pudiera lograrlo aquí pero aquí estoy, lo hice...", aseguró.
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"No te vayas del circuito, sigue jugando Rafa, por favor, el tenis te necesita, así que muchas gracias por todo lo que haces", cerró el helvético, quien, unos minutos después, admitía ante las cámaras del canal australiano 'Channel 7' que "he sido muy afortunado esta noche".