"Ya lo hice una vez, ¿por qué no dos?", declaró el serbio antes de iniciar el primer Grand Slam del año. Novak Djokovic sabe que repetir los éxitos logrados en 2011 será complicado, pero no por ello descarta hacerlo.
Esa confianza en sus posibilidades es la que le permitió desarrollar su talento hasta límites insospechados y le coronó como número uno del tenis mundial sin ningún tipo de discusión. Atrás quedaron aquellos fantasmas que le convertían en un jugador muy irregular. Capaz de plantar cara al binomio Nadal-Federer pero sin la continuidad necesaria para postularse como alternativa.
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El año pasado logró su segundo Open de Australia tras derrotar a Federer en semifinales y a Andy Murray en la final, perdiendo únicamente un set en todo el torneo. A partir de ahí todo le fue sobre ruedas al tenista de Belgrado. Este año, 'Djoker' quiere más.