Recuperado de unas molestias en la espalda que le obligaron a retirarse en el torneo de Doha, Federer llega dispuesto a reverdecer laureles en Melbourne, ciudad que lo ha visto ganar en cuatro ocasiones (2004, 2006, 2007 y 2010).
Eran otros tiempos, cuando Federer dominaba con solvencia el circuito y solo Nadal era capaz de plantarle cara y poner en entredicho su supremacía. Sin embargo, el año pasado ese binomio que formaba con el balear se vio superado por el emergente Djokovic, precisamente el jugador que lo eliminó en semifinales del último torneo de Australia en tres sets.
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Aún así, el tenista de Basilea consiguió xxxxx torneos en 2011, dos de ellos en la recta final de la temporada -Masters 1.000 de París y la Copa Masters-, en los que volvió a demostrar ese tópico de 'quién tuvo, retuvo'. Y es que la clase, la calidad con la que juega Federer sigue haciendo único al jugador suizo, un número 3 del mundo que a sus 30 años sigue aspirando al máximo. Si el físico se lo permite, que nadie dude que estará en las rondas finales en el Melbourne Park.