Tras arrollar a Víctor Estrella Burgos en primera ronda (6-1, 6-1, 6-1) firmando su mejor arranque de siempre en el Open de Australia, Rafa Nadal afronta el choque contra Leonardo Mayer, número 52 del mundo, con el objetivo de seguir acumulando minutos en pista para ponerse a tono. Los antecendentes del manacorí con el argentino no podrían ser más favorables a Rafa, ya que ambos tenistas se han visto la cara en cuatro ocasiones, y en las cuatro ha salido vencedor Nadal.
A su próximo rival, Rafa le define como "un jugador potente, con buen saque y buen segundo, que le pega fuerte desde el fondo de la pista". Su revés a una mano, no en vano, no ha pasado desapercibido en el circuito, y ya hizo sufrir al balear en el US Open 2017, cuando el argentino se apuntó la primera manga en su partido ante Rafa en el tie-break. Posteriormente el de Corrientes acabó vapuleado (6-3, 6-1, 6-4), pero eso ya es otra historia. Como la de la conquista de Nadal de ese Open, el tercero ganado por Rafa en tierras norteamericanas. "Tengo que estar agresivo y no dejarle jugar en posiciones cómodas. Y sacar bien para aprovechar las oportunidades que tenga", advirtió Nadal en la previa.
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En una entrevista concedida a 'El Español', Mayer hablaba de sus sensaciones antes de enfrentarse a Nadal en la pista central de Melbourne Park, el Rod Laver Arena: "Contra Nadal es difícil, pero vamos a ver qué hacemos. Vengo jugando bien, me tengo que relajar e intentar competir con todo. Son encuentros especiales. Enfrentarme a Nadal en una pista así es algo que no se puede comprar. Voy a jugar igual que la última vez en el Abierto de los Estados Unidos, de esa manera. No puedo relajarme ni un segundo porque Nadal no te regala un punto, ni un poco de aire. Si el partido no me va bien iré cambiando de táctica para buscar otras soluciones".