Se cree que tiene más de 100 años, y es enorme: pesa más de 200 kilos y el caparazón mide 1,80 metros de alto y 1,20 de largo. A eso hay que sumarle la cabeza, tan grande como la de un ser humano.
La tortuga ha sido capturada para someterla a un tratamiento médico que contrarreste los efectos de la contaminación de las aguas en las que vive el animal.