Pau Gasol entrará este martes en el Olimpo de los Lakers cuando los aficionados y la franquicia reconozcan la labor de Pau en el equipo angelino al que contribuyó a ganar dos títulos consecutivos, en 2009 y 2010 tras una larga travesía por el desierto.
Será una ceremonia especial para él obviamente, pero también para el baloncesto español, en la que un jugador de Sant Boi, que vivió el éxito temprano en el Barça para dar luego el salto a la NBA y para finalmente convertirse en uno de los iconos de la franquicia más exitosa de la historia.
Y es que Pau, que llegó en un momento difícil en la historia de los Lakers tras el ‘threepeat’ del 2000 a 2002 on Shaquille, contribuyó a recuperar el prestigio y el orgullo perdido con tres finales consecutivas a su llegada a Los Ángeles.
Pau, un jugador "blando"
Cayó en la final de 2008 ante Boston Celtics donde le tildaron de “blando”, pero respondió en los dos años siguientes, ante Orlando, y de nuevo Boston Celtics para engrandecer su nombre junto al de Kobe.
Y es precisamente Kobe Bryant, al que más encontrará a faltar en esta ceremonia a la que acudirá toda su familia, incluido su hermano Marc, también campeón de la NBA con los Toronto Raptors y al que se enfrentó en multitud de ocasiones.
Pau observa las camisetas en techo del Staples Center y ahora se unirá su camiseta a los mitos de Lakers
| AFPSeguro que se emocionará cuando salga a mención el jugador que le hizo creer que podía llegar a donde se propusiese y le inyectó el instinto ganador de Kobe, que siempre le apretó al límite. Una relación que empezó en la pista y trascendió a su vida personal donde se convirtieron en amigos inseparables.
Una relación especial
Su desaparición fue un golpe directo al estómago de Pau, que se ha sentido como el ‘hermano’ que cuida ahora de su familia y se desvive para que la felicidad siga fluyendo en la familia Bryant a pesar de que ya no estén Kobe ni su hija Gigi.
NOTICIAS RELACIONADAS
Pau recogerá este martes todo el cariño que sembró en la comunidad Laker y que no le ha olvidado. Un jugador que llegó como un regalo sorpresa procedente de los Memphis Grizzlies gracias a una operación secreta de Jerry West y que cambió la historia de la franquicia y el corazón de Pau, que desde su etapa en Los Ángeles, ya es de color oro y púrpura.