Quedan 2.7 segundos y la Universidad de Rochester necesita tres puntos para ganar el partido. Sam Borst-Smith estaba en la línea del tiro libre pero solo le quedaba un lanzamiento. Su única opción era intentar fallar para coger el rebote y tratar de anotar de dos para forzar la prórroga o buscar el milagro del triple que les diera la victoria a los suyos.
Y en el baloncesto estadounidense, los milagros suelen ocurrir. Y si no vean cómo acaba el encuentro. Los chicos de la Universidad de Chicago todavía no se lo creen... El héroe Mack Montague los fulminó todavía casi sin dar crédito a lo sucedido.