La magia de Ricky no entiende de presión ni tensiones. El All Star de Orlando le ha servido para disfrutar de uno de los momentos más especiales de su carrera deportiva y también para dejar dosis de su fresca imaginación en el Rising Stars.
Su estilo fresco y desenfadado le ha convertido en una de las sensaciones de la NBA y Rubio se ha encargado de volver a elevar el baloncesto a los altares del espectáculo protagonizando la mejor jugada del partido de Rookies y Sophomores. Sin pensárselo dos veces, el joven de El Masnou le clava un caño en contraataque a Cousins y luego asiste para que Blake Griffin remate el alley-oop. Caviar, y del bueno.