Cuando se generan dudas en torno a la figura de un delantero, los goles suelen ser la medicina más efectiva. Andrej Kramaric acudió al enfrentamiento ante Canadá muy cuestionado tras su errática actuación en el debut mundialista de Croacia, que se saldó con un rácano 0-0, pero dio un golpe sobre la mesa con un doblete que devolvió la ilusión al combinado ajedrezado.
El delantero del Hoffenheim fue desterrado de la punta de lanza por Livaja pero, lejos de quedar perjudicado por la decisión de Zlatko Dalic, su mejor versión llegó desde el flanco derecho. Sus internadas desde la banda causaron innumerables quebraderos de cabeza en la zaga ‘canuck’, y fue el responsable de materializar el tanto que igualaba la contienda. En el segundo acto, ya con el viento a favor, amplió distancias firmando el 3-1 y dejando el partido prácticamente visto para sentencia.
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Igual que sucede con el resto de los integrantes de la selección, Kramaric está obligado a luchar contra altas expectativas que existen sobre la selección croata, cuya última participación mundialista se saldó con un meritorio subcampeonato. Aquella generación contaba con Mandzukic como delantero referencia. La sombra del ex del Atlético y Bayern, entre otros, era muy alargada, y las comparaciones, inevitables. Por eso mismo, su reivindicación ante Canadá ha terminado siendo balsámica.