Corría el 21 de junio en el estadio Zorrilla en Valladolid y se enfrentaban Francia, el futuro cuarto clasificado, y Kuwait. Los galos habían perdido en su estreno del Mundial 82 contra Inglaterra (3-1) y necesitaban la victoria como el comer ante el campeón asiático, que había empatado ante Checoslovaquia (1-1).
Con 3-1 en el marcador a falta de diez minutos para el final, el partido parecía ya sentenciado hasta que marcó el cuarto tanto el francés Alain Giresse. Sin embargo, al parecer, fue precedido del sonido de un silbato desde las gradas que provocó uno de los episodios más tragicómicos del Mundial 82.
En aquel instante y desde la tribuna de Pucela, apareció en escena el jeque Fahad Al Ahmad Al Sabah, presidente de la organización del fútbol kuwaití y hermano del emir y máximo gobernador del país asiático, para protestar enérgicamente haciendo un llamamiento a su selección a abandonar el campo.
No obstante, no resultó suficiente el gesto inicial y bajó en persona al césped para instar al árbitro soviético Miroslav Stupar a anular el tanto totalmente legal de los galos. Lo curioso del tema es que el colegiado hizo caso al jeque Fahad, custodiado por la Policía, que no impidió en ningún momento su presencia. Tan sorprendente como surrealista, aunque luego volvió a marcar Francia y el partido concluyó 4-1.
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Kuwait quedó al final eliminada con dos derrotas ante Inglaterra (1-0) y Francia (4-1), y un empate ante los checos, tras igualar Al-Dakheel en el minuto 57 un tanto de penalti de Panenka que no fue ‘a lo Panenka’ en el 21’.