Corría el minuto 54 de partido entre Portugal y Uruguay con 0-0 en el marcador cuando un golpeo de Bruno Fernandes pasaba muy cerca de la cabeza Cristiano Ronaldo y acababa entrando en la portería de Rochet.
Nada más concederse el gol, Cristiano se lo atribuyó como propio y corrió levantando el dedo índice señalando su autoría. No obstante, el colegiado y la FIFA le han otorgado la diana a Bruno Fernandes, pues consideran que Cristiano Ronaldo no llegó a rozar el balón.
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Al terminar el partido y sabiendo que el tanto no le contaría en su estadística, el ex del Real Madrid y del Manchester United se marchó hacia el túnel de vestuarios insistiéndole al colegiado con un claro gesto con su mano explicando que había rozado la pelota con la cabeza y diciéndole que sí que llegó a tocar el cuero.