SUBE: El tridente y Don Andrés Iniesta, no hay duda. La rapidísima recuperación de Leo Messi del cólico nefrítico y el enorme nivel de forma en la final del Mundial de Clubes ante River le valen el premio de mejor jugador y más importante.
Comenzó el partido muy participativo y creó y creó hasta que anotó el primer gol del partido, convirtiéndose así en el máximo goleador de la historia del Mundial de Clubes. Un Neymar creativo y un Luis Suárez matador, hacen un tridente de infarto capaz de cualquier cosa. También hay que mencionar la actuación de Iniesta, mago como siempre y clave en este Barça de Luis Enrique.
BAJA: River Plate. El equipo argentino apareció sin fútbol ni intención de ello. Los de Marcelo Gallardo se dedicaron a ensuciar un partido en el que tras tres intentonas se dieron cuenta que no podían ganar. Muchas ganas pero poca pólvora.
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El gol de Messi los hundió en la miseria e incapaces de crear se dedicaron a destruir. Faltas, faltas y más faltas. Dureza sin control. Lo más triste, los gritos de "Barça sos un cagón" por parte de la afición millonaria cuando el marcador les era desfavorable.