Menuda exhibición. No dejó ni un margen para la duda. Sin miedo. Sin dar opción a nadie. Eran tan solo unas series, sí. Pero eso qué más da. En 110 metros vallas hay que correr y mucho y de eso se encargó Orlando Ortega. Llegaba como uno de los grandes favoritos para pisar el podio pero no se esperaba que diera un golpe tan contundente encima de la mesa a las primeras de cambio.
Ortega se presentó a la quinta serie, se puso cómodo y se dejó llevar, corriendo como una bala imparable, pasando las vallas con esa elegancia que le ha caracterizado durante tanto tiempo.
Con la mente ya limpia, el español tan solo se tenía que centrar en correr y vaya si lo hizo. Tanto que se llevó su serie sin pestañear (13.15) con la tercera mejor marca de la temporada. Nadie voló como él en las series de los 110 metros vallas, ni siquiera Shubenkov o Holloway. El español volvió a maravillar para anunciarle al atletismo que está de vuelta y que va a por el oro.
Delante tendrá a grandes rivales pero de momento fue el más rápido de unas series que depararon sorpresas, como la descalificación de Roberts, uno de los grandes favoritos al podio, por derribar la valla de otro carril. A Orlando se le allana algo más el camino hacia esos ansiados metales. Sin el norteamericano, al español todavía le tocará bailar con Shubenkov (13.27), que también fue el primero en su serie tras una gran remontada, y Holloway, que llegó a Doha con la mejor marca mundial del año y se paseó con un cómodo 13.22.
Tras el carrerón, Ortega se mostró muy contento: “Me encuentro muy bien. Muy tranquilo. Salí a buscar una buena carrera. Tenía muchas ganas de esta carrera. Ha sido un resultado fenomenal. Me he dado cuenta de que estoy mejor de lo que esperaba”. Asimismo, aseguró que para estar en la final y en la lucha por el oro hay que dar un poco más: “Hay que correr más. Dar un poco más. Toca centrarse. La competencia va a ser muy dura.
Lyles y De Grasse van sobrados
En los 200 masculino, pocas sorpresas. Y es que ver a De Grasse y Lyles pararse antes de la meta ya no sorprende. Ambos van sobrados en unas semifinales que no depararon sorpresas más allá de la eliminación del veterano Blake, más por nombre que por tiempo. En la primera semifinal, Gemili (20.03) y Guliyev (20.16) no tuvieron problemas para clasificarse.
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Tampoco los tuvieron, obviamente, Lyles (19.86) y Quiñónez (19.95), que bajó por segunda vez de los 20’. Y en la tercera semifinal, De Grasse entró sobrado (20.08) y Greux tuvo que sufrir más (20.24). Xie, con 20.03, y Brown, con 20.20, se metieron por tiempos en una final en la que Lyles es el favorito. Aun así, no hay que olvidar a De Grasse y Quiñónez.