Oriol Servià completó una nueva edición de la Indy 500 en la vigésimo segunda posición como único español de la presente edición, tras la eliminación de Fernando Alonso el fin de semana pasado. La mala suerte con las banderas amarillas condicionó su carrera que al final no pudo terminar en mejor posición que la de salida.
Partía desde la plaza número 19 y su arranque no fue del todo bueno. Perdió un par de posiciones en la salida y le costó encontrar el ritmo con el monoplaza. Las salidas de los Safety Car tampoco le ayudaron a recuperar el tiempo perdido y acabó siendo doblado por la cabeza de carrera. Una vez situado allí, pudo rodar en el mismo ritmo que Pagenaud o Rossi con el que tuvo un fuerte enfrentamiento con el piloto americano.
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Rossi le quiso adelantar por el interior pero Servià le tapó la trazada provocando que Alexander le sacara la mano en plena recta para quejarse de la acción del piloto de Pals. No pasó a mayores porque Servià cedió la plaza con todas las de la ley porque él también estaba envuelto en peleas de su personal carrera. Una más para el trozo de piloto que es Oriol para la IndyCar.