Acostumbrado a estar rodeado de otro tipo de tiburones y amante de los deportes de riesgo, a Carlos Checa apenas se le aceleró el pulso cuando ayer se sumergió en uno de los tanques del Aquàrium de Barcelona para felicitar las fiestas rodeado de tiburones. Checa estaba como pez en el agua y al final se atrevió incluso a intentar acariciar un tiburón como si de Roc, el golden retriver de sus padres, se tratara.
“La inmersión siempre me ha gustado y practicarla rodeado de tiburones es una aliciente sabiendo que no son agresivos ya que te puedes mover entre ellos con libertad. De 500 especies de tiburones solo hay cuatro agresivas”, apuntaba ayer Checa tras su 'chapuzón'. Algo más agresivo va a tener que ser el próximo año en la pista para perseguir su objetivo. “La meta es renovar el título y mejorar personalmente, estimularme para mejorar el trabajo”, apuntaba el piloto de Sant Fruitós, que lo tendrá más difícil ya su moto irá lastrada con seis kilos por petición del resto de equipos. “Ni a Biaggi ni a Spies les lastraron la motos cuando ganaron”, apunta el de Ducati.
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Checa, que prácticamente ha corrido con casi todas las marcas de MotoGP, explicaba respecto a las nuevas motos CRT de MotoGP que “las CRT son una manera de mantener vivo el campeonato porque con 10 o 12 motos no se podría disputar. Esta temporada será de transición y ya veremos donde van”. Palabra de campeón del mundo.