Alex Palou afronta este fin de semana su primer ‘match ball’ por el título de la IndyCar, que sería el segundo en su palmarés tras el que conquistó en 2021. El piloto de San Antoni de Vilamajor llega al sprint final de la temporada, con tres últimas carreras consecutivas en St. Louis, Portland y Laguna Seca con una ventaja de 101 puntos sobre Scott Dixon y 105 respecto a Josef Newgarden. Quedan 162 puntos en juego y todo apunta a Palou como el gran favorito.
Para que se corone este domingo, es necesario que Palou quede por delante de Dixon y Newgarden en St. Louis. Tiene que distanciar en siete y tres puntos respectivamente a sus perseguidores. Si eleva su renta a 108 puntos, será campeón.
En Estados Unidos apuntan que quizás la demanda de McLaren y Zak Brawn contra Alex pueda ser un factor desestabilizante para el piloto, pero sus rivales saben que difícilmente le afectará tanto como para pinchar espectacularmente en los tres grandes premios que quedan por delante.
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Palou no lo tendrá fácil en su primer intento. Deberá cumplir una sanción de seis puestos en parrilla por cambiar el motor del coche de Ganassi Racing. Y la carrera (domingo, 21:30, Movistar Deportes) se disputa en el óvalo del World Wide Technology Raceway, un circuito atípico y que no está entre los que mejor se le dan.