Nunca ha tenido un camino de rosas. Nunca ha tenido las cosas fáciles a lo largo de su trayectoria deportiva. Pero su tozudería, tesón y perseverancia hacen que Aleix Espargaró se mantenga en la élite del motociclismo.
El de Granollers ha sido un piloto que en las últimas temporadas ha tenido que batirse con su propia montura: primero en Suzuki y posterior y actualmente en Aprilia. Prácticamente un piloto que le sirve más al equipo en cuestión para desarrollar la moto y hacerla más competitiva que para luchar por podios y victorias. Pero Aleix nunca le ha puesto mala cara al trabajo que se le ha pedido.
Además, alguna que otra lesión ha hecho que su labor fuera todavía más complicada. La última la estamos viendo este fin de semana en Assen. Hace dos semanas, Espargaró sufrió un ‘toque’ con Bradley Smith y una caída con la que se vio obligado a retirarse en Montmeló. Pero el dolor fue mucho más allá del anímico. Y es que el fuerte ‘toque’ con el piloto británico le dejó bastante maltrecha su rodilla izquierda.
A través, sobre todo, de sus redes sociales hemos podido ver cómo el grande de los Espargaró ha tenido que evitar coger durante algunos días su amada bicicleta para salir a entrenar por Andorra. Cómo se ha tenido que ir cuidando para llegar al trazado y al TT neerlandés de este fin de semana en la mejor forma física posible.
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Ayer pudo disputar los dos entrenamientos libres de MotoGP. Pero las cosas se complicaron un poco más. Y es que por la mañana, Aleix se fue al suelo en la Curva 5. Por suerte fue en la más lenta del circuito, hecho que ayudó a no magullar todavía más su rodilla izquierda. Espargaró hizo, una vez más, de tripas corazón para disputar también el FP2, seguir compitiendo y dando lo mejor de sí sobre una moto que no le hace justicia.