Cuando Jorge Lorenzo caía de su moto en la curva 13 del trazado de Assen el pasado jueves nada hacía presagiar cuál sería el resultado final del fin de semana.
El piloto se fracturó la clavícula izquierda y nada hacía pensar que Jorge se pudiera subir a la moto para correr tres días después el GP Holanda. El ya de por sí brillante piloto no quería dejar escapar la oportunidad de dejar de puntuar a cualquier precio. Su equipo hizo lo posible para operarle de inmediato y por la cabeza de Lorenzo solo pasaba poder subirse a la moto en la carrera final. Y, ante todo pronóstico, así fue. Jorge Lorenzo se convirtió en 'Superman' por un día y todo por no ceder ni un ápice ante Dani Pedrosa, su gran rival en el Mundial de MotoGP.
"Quería perder los mínimos puntos posibles. Estaba en condiciones y por eso he corrido. He tenido que hacer un gran esfuerzo para acabar la carrera", dijo en los micrófonos de Telecinco mientras se aplicaba hielo en la zona operada.
Jorge Lorenzo acabó el GP Holanda con lágrimas en los ojos a causa de su esfuerzo sobrehumano y también por la emoción de aquel que siente que todo un equipo ha trabajado por y para él. "Cuando me rompí la clavícula pensé que habían terminado para mí las dos o tres próximas carreras. Me operé pero tenía que esperar 24h para que la anestesia se fuese de mi cuerpo y tener la autorización médica y lo he conseguido", recordó.
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Al final, Lorenzo cosechó un quinto puesto que sabe a gloria. "Sabe mejor que una victoria", apuntó. Y desde luego, su gesta es para estar más que satisfecho. En Assen, Lorenzo nos dió toda una lección.