Max Verstappen ha comenzado la temporada disgustado. O al menos eso se deduce de la airada reacción del piloto neerlandés durante la primera sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Bahrein. "Todo es una mierda", ha soltado el tricampeón por la radio de Red Bull.
Verstappen ha terminado sexto, por detrás de Fernando Alonso. Han sido los dos más rápidos entre los pilotos que no han buscado vuelta con neumáticos blandos, pero aún así el actual campeón del mundo no parecía nada satisfecho con esta primera toma de contacto al volante del RB20 y así se lo ha hecho saber a sus ingenieros.
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Es habitual que Max presione a su equipo y se muestre muy exigente. Forma parte de su carácter y de lo que le ha inculcado siempre su padre, Jos. Pero el trallazo que le ha dado el coche esta mañana y sus problemas con el acelerador, se ha sentido muy incómodo y se ha quejado ostensiblemente, a pesar de tratarse solo de unos primeros libres.