Las consecuencias del tifón se han notado poco en la región donde se encuentra el circuito de Suzuka. El ojo de la tormenta no llegó a pasar de pleno como sí lo está haciendo en otras zonas como en la capital japonesa, Tòquio. Las informaciones que llegan desde el país asiático confirmas dos muertos, ríos desbordados y más de 200.000 viviendas sin suministro de luz.
Las medidas de seguridad tomadas por los organizadores obligaron a los equipos a reforzar los ‘hospitalities’ y a desmontar parte de las infraestructuras tradicionales de los paddocks de Fórmula 1. Medidas cautelares que no se correspondieron, afortunadamente, a la fuerza con la que golpeó el huracán la zona del circuito.
Esto también ha levantado polémica entre los pilotos más críticos como lo es Kimi Räikkonen: “A veces no parece que haya mucha agua y resulta realmente ridículo que no podamos correr. Hace años llovía mucho y nunca había problemas, así que está claro que los neumáticos actuales no son los mejores”, afirmó.
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A las 3 de la mañana, hora local, el circuito estará de nuevo abierto para que todos los mecánicos se pongan manos a la obra en un domingo que se presenta apasionante sobre el trazado japonés.