Marcus Ericsson hizo saltar las alarmas en la tercera sesión de entrenamientos libres del GP de Gran Bretaña de Fórmula 1 cuando perdió el control de su monoplaza y se estrelló con violencia contra las protecciones de la curva Stowe.
A consecuencia del brutal choque, el volante del Sauber C35 de Ericsson se despendió de la columna de dirección, hecho inusual en un monoplaza y que fue investigado por los comisarios de la FIA nada más llegar el coche a los garajes de la escuedría suiza.
Ericsson furió el accidente en la curva 15 de 18 del circuito de Silverstone, la misma donde Felipe Massa tuvo un accidente similar en 2014, y fue atendido por los médicos de la FIA y dieron su OK.
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Difícilmente Ericsson podrá tomar parte en la sesión de clasificación a tenor de cómo quedó su monoplaza y sus mecánicos no tendrían tiempo para arreglar el C35 para la 'qualy'.