La solución de Alpine al 'gran problema' de la F1 2022

La clave, según el director técnico de Alpine, Pat Fry, está en el fondo plano del coche

El ‘porpoising’, el rebote de los coches, es el mayor y principal inconveniente al que se enfrentan los equipos del Mundial este año

Fernando Alonso en el Alpine durante el GP de Australia de F1

SPORT.es

El ‘porpoising’, el rebote de los coches, ha sido uno de los grandes problemas a los que se han enfrentado todos los equipos de la Fórmula 1 en 2022. Son muchas escuadras las que han intentado buscarle una solución, Mercedes se encuentra aún buscándola pero, Alpine ya la ha encontrado. Su director técnico, Pat Fry (antes Laurent Rossi), ha declarado que solventaron este inconveniente en el A522 de Fernando Alonso y Esteban Ocon 'sin buscarlo'.

"En 1987, se prohibieron las faldas en los laterales del coche", dijo Fry y añadió: "pero estaban en los 'endplates' (aletines) del alerón delantero, así que teníamos, hasta cierto punto, eso cubierto". "Creo que ahora, el 'porpoising' nos cogió a todos por sorpresa". "Ciertamente, no contemplamos eso ni tuvimos esos problemas en el simulador, pero creo que, en todo caso, la forma en que diseñamos nuestro coche nos hizo mucho menos sensibles que otros", explicó en RacingNews365.com.

"Mirabas algunos de los otros coches y eran horribles. Buscaron la aerodinámica y todos optaron por un perfil muy estrecho y eso hacía que su fondo plano fuera pequeño. Nosotros, hicimos un coche más ancho y pusimos un fondo plano muy amplio y rígido". El fondo del monoplaza de Alpine excede en mucho lo que el reglamento contempla, como admite Fry. "En las pruebas de flexión de la FIA se vio que somos como diez veces más rígidos de lo que debería ser", confesó. No obstante, lo que debería haber sido una complicación se ha convertido en una virtud, pues el fondo plano más amplio del coche de Alpine hace que apenas rebote.

El fondo plano es toda la parte baja del coche, el efecto suelo es una nueva medida de la F1 que hace que el coche vaya más pegado aún al suelo, casi adherido, el fondo plano va casi adherido al asfalto y el 'porpoising' es la consecuencia de lo anterior (del efecto suelo, de que vayan los coches pegados a la pista) y lo que hace es que estos reboten.

PORPOISING

El ‘porpoising’ o su traducción al castellano, ‘marsopeo’, derivado de la palabra 'marsopa', un tipo de cetáceo que nada haciendo este tipo de movimiento, es un problema derivado del efecto suelo, una de las nuevas medidas adoptadas por la F1 para este temporada y que todos los equipos tenían que montar si o si. Los monoplazas rebotan por el efecto suelo. Cuando el alerón delantero toca el asfalto, el morro se levanta. La primera vez que se vio fue en los test de pretemporada y también en el GP de Bahréin. Llamó la atención las imágenes de los monoplazas rebotando a alta velocidad en la recta, sin que haya baches o cambios de rasantes notables.

Pilotos como 'Checo' Pérez ya se han pronunciado sobre este hecho. El rebote comienza a notarse a partir de los 300km/h y según 'Checo' "puedes llegar hasta perder la visión en la frenada o no poder ubicar bien el coche". También Carlos Sainz, Fernando Alonso, Esteban Ocon y Charles Leclerc han reconocido mareos, malestar y dolores de cabeza. El 'porpoising' podría dar lugar, incluso, según expertos como el neurocirujano Pablo Clavela en declaraciones a Europa Press, a lesiones ligamentosas o discales cervicales con el tiempo. Por ello, es indispensable y prioritario buscarle una solución.

EFECTO SUELO

Uno de los principales motivos de la desigualdad en la F1 actual se encuentra en el ‘aire sucio o turbulento’ que se genera en la parte trasera del coche que va liderando la carrera y perjudica a los monoplazas que están por detrás del líder. Estos pierden rendimiento y carga aerodinámica. Se ven perjudicados y pierden, además, el 35% de su carga aerodinámica, a una distancia de aproximadamente 20 metros (desde el alerón delantero del coche líder hasta el alerón delantero del monoplaza siguiente).

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Para potenciar los adelantamientos, la F1 ha recuperado el efecto suelo (que no es otra cosa que un elemento que está en el fondo plano del coche), prohibido desde 1982. Este concepto aerodinámico hace que el coche esté más pegado a la pista, mejora la adherencia, es como si se pegará al suelo lo que permite a los pilotos acelerar más. Pero, esto ha creado un problema: el ‘porpoising'.

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