Fernando Alonso podría ver truncado este domingo su gran día, el día de su debut en las míticas 500 Millas de Indianápolis. La previsión meteorológica indica un 50% de posibilidad de lluvia a la hora de la carrera, dependiendo de la fuente que se consulte aunque la gran mayoría coinciden con tormentas eléctricas.
A diferencia de la Fórmula 1, en caso de lluvia no se compite en los circuitos óvales por cuestión de seguridad. No tienen ni neumáticos de lluvia porque rodar a las velocidades que lo hacen y entrar en las curvas del óvalo en mojado es más que peligroso, al igual que el spray (cortina de agua) que generan los monoplazas y no permitem ver a los pilotos.
De no poderse disputar este domingo la carrera se aplazaría al lunes, cuando la previsión meteorológica es de sol. Y si el lunes hiciera malo se pasaría al martes. Si llueve antes de la carrera, la organización cuenta con unas turbinas montadas en unos remolques y orientadas hacia el suelo para secar la pista.
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También se podría dar el caso de empezar la carrera pero tener que detenerse si empieza a llover. En este caso, si no se ha cubierto el 50% de la prueba se reemprendería el lunes y si se ha sobrepasado ese 50% la organización tiene la potestad de darla por terminada. La última vez que llovió fue en 2007 y se dio la carrera por terminada siendo el ganador de aquel año el escocés Dario Franchitti, que al final conseguiría su primera de las tres que atesora en las 500 Millas.