El circuito de Mónaco es sin duda el más exigente del Mundial. De hecho y aunque todos los pilotos quieren que se mantenga en el calendario, Verstappen reconocía el viernes en rueda de prensa que "es mágico, impredecible, pero probablemente hoy no sería admitido si quisiese entrar por no cumplir los estándares básicos de seguridad". El trazado urbano del Principado, donde los coches acarician el muro a más de 300 km/h no perdona el más mínimo error. Y este sábado, en una clasificación de 'infarto' que se ha llevado Charles Leclerc, ha vuelto a ponerse de manifiesto la peligrosidad del circuito.
En su último intento de vuelta rápida el mexicano Sergio Pérez se fue contra el muro en Portier y aunque los comisarios han mostrado las banderas amarillas, Carlos Sainz no ha tenido tiempo de reaccionar y evitarlo. El madrileño ha impactado por detrás con el Red Bull, mientras que Verstappen ha podido frenar a tiempo para no embestirles a ambos.
Mientras, ya con bandera roja y unos metros antes, Fernando Alonso también ha acabado la sesión estrellándose en la zona de Mirabeau.
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A pesar del desastre final, Sainz ha conseguido el segundo puesto de parrilla, por delante de Pérez y Verstappen, mientras que Alonso se ha asegurado un meritorio séptimo puesto al volante del Alpine.