Con muchos frentes abiertos, Ferrari ha empezado a apagar fuegos de cara al Gran Premio de Canadá de este fin de semana. El desastre de Bakú dejó a los dos coches de la ‘Scuderia’ fuera de carrera por diferentes problemas mecánicos y los de Maranello se han puesto manos a la obra para intentar solucionarlos.
Ya avisó Mattia Binotto, jefe del equipo, de que los problemas estructurales no estarían solventados para la cita en Montréal, pero parece que sí han podido llegar a tiempo para resolver el problema hidráulico en el monoplaza de Carlos Sainz.
“Ya se han examinado los componentes hidráulicos del coche de Carlos” , explicó Ferrari a través de un comunicado. “Ya existe una solución a corto plazo para Canadá, mientras se continúa trabajando para encontrar soluciones a medio y largo plazo”.
Así, el madrileño parece que podrá afrontar con garantías la prueba canadiense, a diferencia de su compañero Charles Leclerc.
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El motor del monegasco dijo basta en Bakú y hoy mismo ha llegado a Maranello para ser investigado a fondo e intentar dar con el problema. Mientras los técnicos realizan esa primera evalucaión, la opción más probables es que Leclerc acabe utilizando un nuevo propulsor en Canadá.