Fernando Alonso abandonó en la vuelta 32 de las 57 del Gran Premio de Bahréin. Un golpe a sus ilusiones después de un buen fin de semana de regreso a la F1, en el que había sido noveno en Q3 y séptimo en la salida de la carrera.
"Tras la primera parada, tuvimos un problema que nos obligó a reducir el rendimiento del coche", explicaba Marcic Budkowski, director técnico de Alpine. Alonso había estado brillante hasta su primer pit stop, en la vuelta 12. Después su monoplaza empezó a perder potencia de manera inexplicable. Un papel de envoltorio de bocadillo tuvo la culpa de que todo se torciera.
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"Después de la segunda parada, (vuelta 26) un envoltorio de un sándwich quedó atascado en los conductos de freno traseros, provocando altas temperaturas y dañando el sistema de frenado, decidiendo retirarnos por motivos de seguridad. Fue una pena, teniendo en cuenta lo sólido que se estaba mostrando Fernando ahsta ese momento", explicaba Budkowski, como portavoz de Alpine en la primera cita del año.