Tras el paréntesis de las Seis Horas de Fuji y el WEC, Fernando Alonso regresa a Estados Unidos, un país que le espera el próximo año, aunque el asturiano sigue sin definir su calendario de competición en 2019 cuando abandone la Fórmula 1. En lo que va de temporada, Alonso ya ha pilotado dos coches distintos en territorio americano: en enero disputó las 24 Horas de Daytona con un Ligier LMP2 del United Autosports. En septiembre hizo un test con un IndyCar de 2018 en Alabama. Este fin de semana, Fernando se subirá al McLaren MCL33 en Austin.
"Estoy muy contento por volver a los Estados Unidos. Competí ahí en enero en las 24 Horas de Daytona y luego fui a Barber en Alabama hace unas semanas para unos tests de Indycar. Ahora voy a otro circuito - uno de mis favoritos, Austin - por última vez en la Fórmula 1", subraya Alonso, en clara referencia a la que será su última temporada en el Mundial.
"Tengo ganas de disfrutar del ambiente mágico que hay en Austin. Para mí siempre es agradable competir ante la afición estadounidense. Espero que podamos conseguir los puntos que necesitamos para el Mundial de Constructores, para ayudar al equipo y para darnos un impulso de motivación", añade el piloto asturiano en el comunicado previo de McLaren para el GP de EE.UU.
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Fernando recuerda los problemas de rendimiento que ha sufrido el MCL33 en esta recta final de temporada: "Tuvimos una buena carrera en Singapur hace unas semanas, pero no hemos estado entre los puntos en las últimas dos carreras, así que queremos cambiar eso en Austin. Va a ser un fin de semana divertido".