Cuando el pasado domingo Mick Schumacher sufría un aparatoso accidente en la zona de las piscinas de Mónaco y literalmente partía en dos su monoplaza, en el box de Haas se produjeron dos serios escalofríos.
El primero, lógico, pensando en el estado de salud del piloto tras el accidente, del que por fortuna el bueno de Mick salió ileso. El segundo tiene que ver con la economía. Y es que el techo de gasto establecido esta temporada en el 'Gran Circo' pone en apuros a los equipos cuando, como es el caso de Haas, ha visto ya dos bólidos destrozados con un coste aproximado del millón de euros cada uno.
No olvidemos que Schumacher ya sufrió un accidente muy aparatoso en la clasificación del GP de Arabia Saudí, donde su monoplaza quedó muy dañado. Ahora las escuderías han de mirar el gasto al céntimo de euro (o centavo de dólar) y cada pieza dañada, cada repuesto, las acerca a un límite establecido que puede suponer duros castigos en caso de ser sobrepasado.
NOTICIAS RELACIONADAS
El tope es de 130 millones de euros -si bien no incluye los salarios de los pilotos- pero los equipos más fuertes ya presionan para que esa cantidad se eleve. El equipo Haas acabó bastante descontento el domingo en Montecarlo, ya no por el hecho de que Mick Schumacher todavía no haya sumado un solo punto, sino por una factura que complica las cuentas de la escudería.