Gerard Farrés y Diego Ortega terminan el Dakar con sabor agridulce. Estarán en el podio final de Jeddah, segundos en la categoría T4 de vehículos ligeros SidebySide. Pero han tenido que renunciar al 'oro' por acatar órdenes de equipo, entregando la victoria a su jefe de filas en el South Racing Can Am Factory, el estadounidense Austin Jones.
Farrés ayer se encontró con el liderato por sorpresa, cuando Jones sufrió una avería mecánica que le dejó a 1:41 del piloto de Manresa en la general. Pero ya entonces parecía que el sueño iba a durar poco, aunque ni sus jefes ni el propio Farrés hablaron abiertamente de órdenes de equipo. "Me debo al equipo y soy un profesional", reconocía Gerard, que llegó a este Dakar en calidad de escudero de Jones.
Hoy, en la duodécima y última etapa, Bisha-Jeddah, de 164 kilómetros, Farrés ha pasó el último parcial con una desventaja de 10:05 minutos, suficiente para que Jones recuperase y se llevase el triunfo final en el rally.
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"Hemos tenido un problema en el último kilómetro, que hemos intentando solucionar lo antes posible. Nuestro objetivo era trabajar para el equipo. Estoy muy emocionado por volver al podio después de varios años duros", ha declarado Farrés, que ya logró un podio en motos con el equipo Himoinsa (3º en 2017) y un segundo puesto con el equipo Monster Energy Can-Am, ya en SSV, en 2019.