De Zerbi: el sustituto de Xavi y protegido de Guardiola, un problema en Marsella

Roberto De Zerbi fue uno de los nombres del pasado mercado estival. El técnico italiano cuajó una excelente temporada en el Brighton inglés y los gigantes del fútbol continental se lo rifaban. Liverpool, Bayern de Múnich, Milan... El entrenador tenía ofertas de todos los colores sobre la mesa. Sin embargo, el club que parecía tomar la delantera era el Barcelona. Con una propuesta de fútbol vistosa y avalado por Pep Guardiola, que en más de una ocasión se deshizo en elogios para con él, la entidad presidida por Joan Laporta meditó seriamente su incorporación. Su prohibitiva cláusula, unos 10 millones de euros, y la negociación con Hansi Flick alejaron a De Zerbi de Montjuïc.

Finalmente, fue el Olympique de Marsella el que acabó llevándose el gato al agua. Los del Vélodrome, en su afán por recuperar la soberanía francesa, dieron las riendas y todas las facilidades al italiano para confeccionar un equipo competitivo. El arranque fue inmejorable, con diez puntos sobre doce y buenas sensaciones sobre el terreno de juego. La prensa gala hablaba maravillas y la calurosa afición marsellesa se volcó con un equipo que parecía discutirle la hegemonía al Paris Saint-Germain.

El PSG, el principio del desamor

Hasta que llegó 'le classique'. El PSG fue un vendaval en Marsella (0-3), asestando un correctivo severo y dejando el proyecto De Zerbi tambaleando. A partir de ese momento, se rompió la química inicial técnico-jugadores-afición y las dagas empezaron a volar. La derrota del viernes ante el Auxerre (1-3), con un rendimiento paupérrimo en el primer tiempo, no hizo más que echar sal en la herida. Hasta tal punto que se empezó a cuestionar la continuidad del transalpino en el banquillo del OM. "Si soy el problema, debo irme. El dinero no significa nada para mí. Lo importante es el cumplimiento del trabajo. No tengo nada malo que decir sobre mis jugadores. Si me voy, dejaré mi corazón, mi alma atrás", llegó a espetar De Zerbi tras el duelo.

Exige más a su vestuario

"Para jugar en el Olympique de Marsella, uno debe comprender la ciudad, la historia del club. Debemos ser kamikazes. Me vuelvo loco sin entender por qué podemos hacer ciertas cosas fuera de casa, pero en casa sufrimos. Necesitamos encontrar soluciones", aseveraba el técnico. Aun así, según informaba 'RMC', la dirección deportiva sigue teniendo plena confianza en De Zerbi y espera que el equipo remonte el vuelo en las próximas jornadas. El parón internacional debe servir para apaciguar los ánimos, con vistas a un diciembre exigente: Lens, Mónaco, Saint-Étienne y Lille.